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Hace más de 500 años, Gipuzkoa se defendió de los invasores para proteger una de las ciudades más importantes a nivel estratégico de la época. Hoy, esta victoria se celebra en el Alarde de San Marcial, que celebra las fiestas de Irun.
Las calles desprenden un fuerte olor a pólvora mientras los irundarras se colocan sus pantalones blancos y txapelas rojas para caminar en desfile militar hacia el monte San Marcial. ¿Quién se querría perder una de las fiestas más famosas de Euskadi? Hay que vivirlas.
Y por eso, en Guuk hemos marcado y remarcado la fecha en el calendario. Este año viajamos hasta Irun para disfrutar de los desfiles, las gigantadas, las tamborradas y la comida. Toma nota sobre todo lo que necesitas saber antes de ir a los Sanmarciales.
Ninguno de los dos es el patrón de Irun y aun así se llevan todo el protagonismo de la ciudad. Ese honor lo ostenta Santa María del Juncal, pero San Pedro y San Marcial son también iconos importantes en la historia de Irun. Por eso se les venera en el aniversario de la batalla más importante.
Los Sanmarciales son el evento más importante de Irun. Se celebran siempre a finales de junio y finalizan con el Alarde de San Marcial, el desfile cívico y militar con el que los irundarras recuerdan la victoria de sus antepasados sobre los invasores franceses y navarros.
Es una semana en la que las calles se llenan de tamborradas, eventos deportivos y de ocio, comidas públicas, gigantadas y todo tipo de actos sociales. Es un gran momento para pasarse por Irun y disfrutar de nuestra euskal kultura. Eso sí, marca dos días clave en el calendario.
El ayuntamiento de Irun ya ha anunciado las fechas oficiales de los Sanmarciales 2023, y como sucedió en 2022 coincidirá con la última semana de junio. Eso seguirá dejando al Alarde de San Marcial en el sitio que le corresponde por la historia.
Todos miran hacia el desfile y la romería en dirección monte de San Marcial, pero durante la semana hay otros eventos que no te puedes perder por las calles de Irun. Algunos van y vienen y otros son tradiciones muy antiguas. ¿Qué ver en las fiestas de San Marcial?
Coincidiendo con la Noche de San Juan para celebrar el nacimiento de San Juan Bautista. En Irun este día tan importante se celebra colocando un árbol en la plaza de San Juan. A las hogueras (con aurresku) y la música de los txistularis, se suman los atrevidos que intentan escalar el árbol para conseguir premios que cuelgan de él.
La comparsa de gigantes y cabezudos recorre las calles de Irun en San Marcial desde el siglo XIX (que se sepa). Itinerario pactado con sus ocho gigantes; el casero y la casera, el alcalde y la alcaldesa, el turco y la turca y el negro y la negra. Esto, más los otros ocho cabezudos. Suele caer en domingo.
Nunca es mal día para disfrutar de un buen partido de pelota vasca. Todos los años el ayuntamiento organiza un torneo en el frontón municipal Uranzu. Hay dos citas; una en los primeros días con partidos, y otra el último día de San Marcial con un festival.
En 2023 se celebra la edición número 45 de la famosa carrera hasta la ermita de San Marcial. Son unos 3 kilómetros y medio con bastante inclinación que comienzan en la Plaza Urdanibia y terminan en la propia ermita. En esta ocasión, se celebran el 24 de junio por la mañana.
En 2023 se celebra la edición número 51 de esta competición que cada año atrae a los irundarras hasta el frontón Uranzu. Esta ocasión vuelve a ser el Club Argitrans el encargado de la organización.
Otra tradición ya de los más madrugadores durante las Fiestas de San Marcial. Se trata de un recorrido por Peñas de Aya de unos 20 kilómetros que finaliza con una comida y diferentes actuaciones. Suele partir de la plaza Urdanibia y finalizar en las campas de San Marcial.
Te tocará madrugar para escuchar el famoso toque de diana con el que los irundarras inician cada año el Día de San Pedro. Esta actuación musical de tipo militar y festivo hace retumbar el centro de la ciudad poniendo todo en orden para una de las jornadas grandes de los Sanmarciales.
Más de 100 ediciones de historia tiene la carrera ciclista más famosa de Irun y de los San Marciales. Hasta aquí se acercan profesionales de todo el mundo para disputar una competición que finaliza en el propio monte San Marcial. Son unas tres vueltas a un circuito entre Irun y Oiartzun.
Parten de la plaza de San Juan hacia la Iglesia de Nuestra Señora del Juncal acompañados de una ristra de txistularis y de gigantes. Es otra de las tradiciones anuales de los San Marciales organizada por el ayuntamiento. Tras la misa solemne de mediodía, la corporación baila su aurresku habitual.
Tras un merecido descanso por la tarde, la noche abre con el correcalles tradicional desde la plaza Txanaleta. Está acompañada de música y pasa por las principales vías de la ciudad (Paseo de Colón, calle Fueros y calle Mayor hasta la plaza San Juan).
Se acerca el momento de la verdad. Mientras las tropas irundarras avanzan en silencio hacia el monte, al otro lado el clérigo Pedro de Hirizar reparte 400 hachas de palo a mujeres y niños que hacen arder por el Camino Real para hacer creer al enemigo que los soldados están ahí.
Hoy este hecho se rememora desde finales de los 90 con el acto de conmemoración de las Antorcheras. Mujeres y niños de la ciudad recorren las calles en total silencio, recordando aquella valentía ciudadana con el único sonido de la txalaparta y los cuernos.
Es el día más importante de las fiestas de los San Marciales. Pero para entender el Alarde de Irun antes tenemos que viajar al pasado. Concretamente a 1522, cuando el Reino de Francia trata de recuperar Irun para el Reino de Navarra, una década antes conquistada por el Reino de Castilla.
Es en este contexto en el que se desarrolla la conocida como Batalla de San Marcial o del Monte Aldabe (que es como se llamaba entonces el monte de San Marcial). El 28 de junio más de 4.000 hombres entre labortanos y milicianos alemanes intentan cruzar el Bidasoa con artillería pesada.
Los irundarras consiguen rechazarlos y estos se ven obligados a dejar las armas más potentes atrás para vadear el río y acabar asentándose en la peña de Aldabe. Recordemos que su objetivo era el castillo de Behobia, hoy abandonado.
Al día siguiente logran hacerse con la fortaleza de Gazteluzar (frente a la isla de los Faisanes) y en respuesta los capitanes Juan Pérez Azcue y Miguel de Ambulodi reúnen a los 400 soldados disponibles para tratar de defender el castillo. El problema es que no eran suficientes y necesitaban ayuda.
Por eso recurrieron a Donosti y a su ejército real liderado por el Capitán General Beltrán II de la Cueva y Toledo. Este envía a casi toda la guarnición de la ciudad en socorro de Irun; casi 2.000 soldados de infantería y unos 150 de caballería. Se suman a los 1.500 defensores que se habían reunido en la zona.
El clérigo Pedro de Hirizar consigue convencer a 400 vecinos para que salgan con teas ardiendo por el Camino Real. Esto hizo creer a los enemigos que el ataque se iba a producir desde Irun. Pero la realidad es que las tropas se estaban aproximando por el lado contrario.
La emboscada surte efecto y los franceses se ven obligados a retirarse. Ambulodi entonces va a por los alemanes, mientras Beltrán se desvía hacia Aldabe. Los enemigos, sorprendidos, ven que se enfrentan a pocos soldados y van tras ellos. Pero al llegar monte arriba se topan con el Capitán Lope de Irigoyen que termina de rematarlos.
Para conmemorar la victoria allí mismo se construiría la ermita de San Marcial, y desde entonces, el monte Aldabe pasaría a llamarse monte de San Marcial. Es hacia allí a donde se dirige la romería más importante de las fiestas en recuerdo de la batalla.
Durante la Edad Media y siglos posteriores las leyes forales vascas solo permitían al ejército real establecer guarniciones en Donosti y Hondarribia. Las demás ciudades tenían que protegerse con milicias forales. Este era el caso de Irun.
La cuestión es que, de acuerdo con estas leyes, el rey de turno tenía que solicitar a las juntas generales permiso para que el ejército pudiera pasar por Guipuzkoa. Además, los locales quedaban exentos de servir en el propio ejército dentro de la provincia.
A cambio, estas milicias tenían que pasar revista de armas y gentes una vez al año en los conocidos como alardes. Con el paso de los siglos los alardes perdieron su caracter militar y algunas ciudades como Irún las convirtieron en eventos civiles. ¡Ahí está el Alarde de Irun!
Cientos de irundarras de distintas compañías (de cada barrio) se colocan la txapela roja, la camiseta y los pantalones blancos y el cinturón para unirse al espectáculo de pífanos y tambores. El picante lo ponen los txibilitos y tambores que hacen retumbar la ciudad al ritmo de los disparos de escopeta.
Cada grupo está formado por decenas de personas correspondientes a un cuerpo diferente; infantería, caballería, etcétera. Detrás de la sección de músicos y frente a los escopeteros se colocan las cantineras.
¿Qué no te puedes perder aquí?
El Alarde de Irun es la guinda de una semana repleta de actividades y eventos con los que disfrutarás de nuestra increíble cultura y gastronomía. En Guuk nos sumamos a las fiestas de San Marcial con la mejor conexión. Entra en nuestra web y descúbrela.
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