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No solo es uno de los territorios históricos donde más se habla el vasco, sino que además siempre se le ha asociado con algunas de las localizaciones más bonitas de Euskadi. Claro, hablamos de Gipuzkoa y de todos sus pueblos.
Solemos asociar esta región con el turismo de La Concha, las casas de colores de Hondarribia o el puerto de Getaria en el que atracó Elkano. Pero en realidad hay mucho más; tanto en su costa al Cantábrico como en su interior montañoso y verde.
Por eso en Guuk queremos ir un paso más allá y conocer realmente cuáles son los pueblos más bonitos de Gipuzkoa. Sí, sabemos que es algo subjetivo, pero por eso apostamos por varios para acertar con alguno. ¡Nuestros pueblos, los mejores!
En Gipuzkoa hay más de 180 pueblos repartidos en 88 municipios. Así que es imposible mencionarlos a todos en este artículo. Sí, en cada uno de ellos hay algo que ver o disfrutar, pero tenemos que fijarnos en los más destacados.
Para hacerlo un poco más justo, nos quedamos con una representación tanto de la costa como del interior. Dicho lo cual, ¿cuáles son los pueblos más bonitos de Gipuzkoa? Aquí mezclamos opinión propia con experta.
Otro imprescindible entre los pueblos más bonitos de Gipuzkoa. A la perla de Chingudi se la conoce como la ciudad de los vikingos, pero en realidad tiene poco de nórdica en su arquitectura. Antes de morir hay que ver Hondarribia para disfrutar de sus casas coloridas, su increíble Kale Nagusia de ambiente medieval, la iglesia de Santa María de la Asunción y del Manzano, el imponente Castillo de Carlos V, las plazas de Armas, del Obispo y de las Cadenas, las puertas de San Nicolás y Santa María Atea, las vistas desde el Jaizkible y sí, su playa de otro mundo.
Fue la antigua capital de Gipuzkoa y el gran paso comercial entre los reinos de Navarra, Castilla y Francia; solo eso ya la hace merecedora de una visita. Lo cierto es que Tolosa no siempre aparece en las guías de viaje, a pesar de ser uno de los txokos más bonitos del interior de Euskadi. Aquí encontramos lugares como la plaza de Euskal Herria, el ayuntamiento, el Archivo General de Gipuzkoa, la Iglesia de Santa María, la Plaza Nueva, la Puerta de Castilla, la Casa Laplaza, el Zerkausia o la Iglesia de San Frantzisko. No te vayas sin hacer unas buenas fotos del Puente de Navarra sobre el Oria, ni sin una visita al museo del chocolate.
Tiene que estar en esta lista. La capital de Gipuzkoa enamora a quien se deja llevar por su preciosa arquitectura, su ambiente, sus playas y su clima. ¿Por dónde empezamos? Para nosotros Donostia-San Sebastián es una de las ciudades más bonitas del mundo. Culpa de ello lo tienen la playa de La Concha, la de Zurriola y la de Ondarreta, el paseo marítimo, el Peine del Viento y demás legado de Chillida, los pintxos por la Parte Vieja, el Balneario de La Perla, el Teatro Victoria Eugenia, los paseos por el monte Urgull, el funicular al Igueldo, el puente de Maria Cristina y el palacio Miramar, Tabakalera... ¡Podríamos estar así todo el día!
Ni la sombra de Donosti es capaz de desmerecer la belleza de Pasaia. Las formas que dejan el Oiartzun y la posterior bahía han permitido durante siglos conformar uno de los rincones más bellos de todo Gipuzkoa. Y aquí no hablamos solo de San Juan y San Pedro (a ambos lados de la ría), sino también de Ancho y Trincherpe. Son cuatro pueblos, pero todos ellos increíbles. ¿Qué podemos decir aquí? Son tantísimas las cosas a visitar: el museo Albaola donde se está construyendo una réplica de la Nao San Juan, el barco-museo Mater Museoa, la casa de Víctor Hugo, el Faro de la Plata, las rutas en motora recorriendo la bocana, la antigua Casa Consistorial, la Plaza de Santiago. ¡No te pierdas las competiciones de traineras!
Su puerto es uno de los más famosos del mundo, aunque en Getaria también hay otras muchas cosas que ver. Y justo por eso lo consideramos uno de los pueblos más bonitos de Gipuzkoa. Que no te engañe sus dimensiones, porque es por ahí por donde consigue un encanto único. ¿Quieres un poco de surf? Las playas de Gaztetape y de Orruag son perfectas. ¿Prefieres día con la familia? Te querrás quedar en la de Malkorbe. Entre las calles del pueblo te encontrarás con un txakolí increíble y unas anchoas de 10. No te pierdas el puerto, el monumento a Elkano, la iglesia de San Salvador, las torres de Zarautz y Ochoa Iáñez de Olano, ni sus muchos restaurantes.
No lo podíamos dejar fuera de la lista. Quien se acerca a Zumaia suele ir buscando la visita al flysch del Geoparque, pero no hay que pasar por alto que el pueblo tiene un gran encanto en sí mismo. Empezando por la Ermita de San Telmo y siguiendo con la Fuente de San Juan, el Palacio Olazabal, el Convento de San José, el Palacio de Ubillos y el de Foronda. Desde las playas de Itzurun y de Santiago podrás disfrutar del espectáculo paisajístico que deja la naturaleza de esa parte de la costa vasca. Te recomendamos también pasar por la antigua estación de tren, el Centro de interpretación Algorri, la Cofradía de Mareantes de San Telmo o el propio puerto deportivo.
Escondido entre montañas nos topamos, con el pueblo del que salió uno de nuestros vascos más internacionales. Sí, nos refereimos a Azpeitia, una localidad que durante siglos ha ocupado un papel muy importante para la iglesia y la corona en Gipuzkoa. La visita obligada aquí es el Santuario de Loyola, aunque no puedes irte sin pasar por el Museo Vasco del Ferrocarril, la plaza de toros o sus muchos edificios históricos; Casa-Torre de Enparan, Palacio Antxieta, Iglesia de San Sebastián de Soreasu, Ermita de la Magadalena, Casa Basozabal, etcétera. Al otro lado del monte Izarraitz te toparás con Azcoitia, otra joyita del interior.
Parada obligatoria en nuestro recorrido por la costa gipuzkoana. También lo fue de la reina Isabel II, que levantó aquí su retiro estival, y de otras tantas personalidades famosas a lo largo de la historia. Zarautz tiene un pasado ballenero importante —como el resto de localidades vecinas—, aunque se hizo famosa durante siglos por su astillero. Ahí mismo se construyó el primer barco que dio la vuelta al mundo, la nao Victoria. Hoy es conocida por tener una de las mejores playas de Euskadi y por la gran personalidad y belleza de las dunas del Biotopo Protegido de Iñurritza (muy disfrutables desde lo alto del Talaimendi). Es una referencia del surfismo con su campeonato Pro Zarautz, y un imán de turistas que quedan prendados en el mirador de Santa Bárbara.
La mejor muestra del clásico pueblo pesquero vasco, y paraíso costero inolvidable. Orio deja huella a todo el que se pasea por sus infinitas playas, respira profundo en el puerto y se emboba con su casco histórico. Aquí encontramos una fuerte influencia del Camino de Santiago con la ermita de San Martín de Tours y la Iglesia de San Nicolás de Bari, pero también un pasado muy ligado a los arrantzales y las costumbre medievales. Es imposible transitar su Goiko Kale sin caer en alguna de las parrillas que reparten aroma desde el puerto. Y mientras lo haces, no dejes de mirar hacia el mar; aquí se cocina una superpotencia de las traineras.
Quien se acerca hasta ese pueblito de la costa descubre un auténtico paraíso de arrantzales, tradiciones vascas y edificios históricos (algunos de los más antiguos de todo Euskadi). Levantada sobre la pendiente del monte Arno hacia el mar, Mutriku ha tomado durante siglos unas formas empinadas y retorcidas de gran personalidad. Aquí cada calle ofrece un reto físico y casi siempre una recompensa fotográfica. La colección de monumentos está capitaneada por el Palacio Arrietakua del legendario marino Antonio Gaztañeta, y seguida por los palacios Galdona, Zibel, Montalivet y Olazaharra Mizkia, la Iglesia Nuestra señora de la Asunción, la torre Berriatua, el museo Nautilus o la plaza Txurruka. No te olvides de pasear por su puerto y ver la lonja, de bañarte en las piscinas naturales y de hacer unas buenas capturas en Atxukale.
La capital de la sidra vasca es, además, uno de los pueblos más bonitos de Gipuzkoa. A tan solo 10 minutos de San Sebastián nos topamos con Astigarraga, un antiguo referente del Camino de Santiago del Interior y hogar del poderoso señorío de Murguía. Hoy, la localidad está bañada de sagardotegias que portan con honor el prestigio sidrero de la zona. Eso sí, visitando Astigarraga no te puedes quedar solo con la gastronomía. Son de paso obligado la ermita de Santiago y todo el el monte Santiagomendi, la Escuela Medio Ambiental-Albergue, el parque etnográfico, la parroquia de Santa María de la Asunción o Markesmendi, y el palacio de Murguia. Ah, y por supuesto visita la Sagardoetxea.
No, no es solo industria y sagardotegi. A poco más de 10 kilómetros de San Sebastián, Hernani nos sorprende con paraíso medieval en el que es imposible sacar una foto mala. Aquí, a los pies del monte Santa Bárbara, podemos disfrutar de una inmersión artística, histórica y cultural de las que no se olvidan. Su casco histórico está considerado como Bien de Interés Cultural, por cosas como su casa consistorial o ayuntamiento, el Convento de San Agustín, la Iglesia de San Juan Bautista, el arco gótico de Zapa, la casa torre de los Gentiles, el Aierdi Arretxea o sus calles más míticas (Kale Nagusia, Kardaberaz, Nafar y Zapa).
Aunque se encuentra a poco más de 20 kilómetros de Vitoria-Gasteiz, la realidad es que son los gipuzkoanos los afortunados de tener en su territorio histórico la preciosa Salinas de Léniz. El pueblo de origen medieval es una visita obligada en Gipuzkoa por su imponente industria salinera y porque el trasiego del Camino Real como nexo de la península con Europa durante siglos, le han conferido una arquitectura única. Aquí puedes disfrutar de la Iglesia Parroquial de San Millán, del Santuario de la Virgen Dorleta y su talla gótica o de la Ermita de San Martín de Zurtiza. Por supuesto que no olvidamos ni su casco histórico, que aún conserva casi todas sus puertas de la muralla, ni el museo de la sal. Ah, y come bien porque estás en el pueblo vasco con más restaurantes por habitante.
Durante siglos fue famoso por albergar la única universidad de Euskadi (la Universidad Sancti Spiritus levantada en 1540). Oñate se incorporó a Gipuzkoa hace, como quien dice, "dos días", y hoy es un auténtico tesoro histórico de este territorio histórico. ¿Y por qué pensamos que es uno de nuestros pueblos más bonitos? Principalmente por la espectacularidad del Santuario de Arantzaz, aunque también por su propia universidad, por la Iglesia de San Miguel y por el resto del legado arquitectónico: Monasterio Bidurreta, Plaza de Santa Marina y de los Fueros, palacio de Madinabeitia, Baruekua y Antia, Torre Palacio Lazarraga, y un largo etcétera. ¡Por aquí pasa el Camino Ignaciano!
Si te acercas a Pasaia, no puedes dejar de visitar Lezo. Es uno de los pueblos más bonitos de Gipuzkoa gracias, principalmente, a su nivel de conservación y su interesante pasado histórico. Al entrar en la Basílica del Santo Cristo mira hacia arriba para ver el exvoto que pende del techo. Luego dirígete a la Iglesia de San Juan Bautista para alucinar con sus gárgolas, y piérdete por la Kale Nagusia con el Ayuntamiento como objetivo. Lezo está atravesado por el Camino de Santiago de costa, y es origen de rutas al monte Jaizkibel y el el Parque Natural de Aiako Harria.
Sí, nos dejamos fuera Bergara, Ordizia, Azkoitia, Errezil, Baliarrain, Segura y otros muchos rincones que también se merecen estar entre los pueblos más bonitos de Gipuzkoa. ¡Pero es que no nos caben todos!
Desde Guuk además te recomendamos que recorras tú mismo esta increíble región para descubrir sus secretos. Tenemos grandes paraísos naturales e históricos al lado de casa, pero para conocerlos hay que salir a la aventura.
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