Euskal Hiria
San Saturnino 2024: celebrando el patrón de Pamplona
4 minVive el espíritu único de esta fiesta en pleno casco viejo de Pamplona con procesiones, bailes y hasta el encendido de las luces navideñas.
La Mesa de los Tres Reyes, en el macizo de Larra-Belagua, es el punto más elevado de Navarra. Y sin embargo se queda muy lejos de las altitudes que vemos en otros puntos del norte de la península. Es muy buen indicativo de lo que es el pirineo navarro; un paraíso natural de tradiciones propias y rasgos únicos.
La famosa cadena montañosa va perdiendo altitud a medida que se aproxima al Mar Cantábrico, y deja en Navarra un relieve mucho más suave que, durante siglos ha permitido el desarrollo de una personalidad propia. ¿Lo conoces? Son tantas las cosas a hacer aquí, que resulta difícil hacerlo en una sola visita.
En Guuk nos ponemos las botas para viajar hasta este rincón y contarte qué ver y hacer en el pirineo navarro. Toma nota porque hablamos de todos sus valles, de la Selva de Irati y de más de un pueblo de postal.
Vamos de este a oeste, tomando como referencia el extremo occidental de los pirineos y llegando hasta el relieve más suavizado del sistema vasco-cántabro. Como ya imaginarás, los valles del pirineo navarro se extienden entre montañas y en perpendicular a la frontera con Francia.
Antes de los pirineos existen otras cadenas montañosas de menos altitud llamadas sierras prepirenaicas. Por supuesto, también dejan valles entre sí, haciendo frontera con las depresiones que llegan hasta Lumbier y Pamplona.
Como ya hemos dicho al principio, la montaña más alta del pirineo navarro es el macizo de Larra-Belagua con el pico de la Mesa de los Tres Reyes, a nada menos que 2.433 metros. Pero hay otras elevaciones también muy interesantes para visitar (desde arriba y desde abajo). De más a menos:
Luego, hay otros picos menores entre los que destacan Arangoiti (1.356 m), Peña (1.069 m), La Higa (1.295 m) y Erreniega (1.037 m); todos ellos en las sierras prepirenaicas de Leire, Izco, El Perdón, Alaitz y Peña.
Y si nos vamos buscando el extremo occidental, no podemos olvidar Larrún y sus vistas al Cantábrico. Toda esta zona es mucho menos agreste y resulta más accesible para familias que otras del pirineo navarro.
Mejor habría que decir "qué no ver" en el pirineo navarro. Podríamos escribir cinco artículos como este y no terminaríamos de hablar de todo lo que esconde el norte de Navarra. Pero como pensamos en optimizar, aquí va un listado con lo obligatorio en una visita a la zona.
El valle de Belagua es uno de los rincones más apreciados del valle de Roncal, y no es para menos. Aquí han vivido seres humanos desde la prehistoria, y ahí está el dolmen de Arrako, junto a la Ermita de Nuestra Señora de Arrako, para respaldarlo.
Cientos de especies animales y vegetales, paisajes increíbles, un ambiente exótico; la Selva de Irati es un espectáculo natural al que puedes llegar dese Otsagabia como Orbaitzeta. Un buen aperitivo antes de meterte en la montaña pura y dura que va elevándose hacia el este desde aquí.
Reserva Natural de 1987 y uno de los últimos paraísos para las aves rapaces de Europa. La foz de Lumbier es un pasaje excavado directamente en la piedra por los ríos Salazar e Irati. Recorre el camino que hoy ocupa las antiguas vías del tren y, tras 6 kilómetros inolvidables, observa el Puente del Diablo destruido por los franceses en la Guerra de Independencia.
No está en la zona más montañosa, pero merece la pena pasar por aquí camino al valle de Salazar desde Iruña.
Lo mismo que con Lumbier. Esta Reserva Natural y Zona de Especial Protección de las Aves no está ubicada en la región pirenaica como tal, pero sí que sirve como inicio de los grandes valles que se desarrollan más al norte. Es una visita obligada yendo hacia Salazar desde Iruña.
A diferencia de Orbaizeta, la otra gran fábrica de los pirineos navarros, la fábrica de armas de Eugi no logró remontar el vuelo tras su cierre a finales del siglo XVIII con la Revolución Francesa. Es la visita obligada del Bosque de Quinto Real en la que llegaron a vivir cientos de personas.
Y en relación con lo anterior... no te puedes perder los paisajes que dejan los senderos en el bosque de Quinto Real. Este hayedo es uno de los más importantes de Europa y tiene un pasado asociado a los reyes medievales de la región. No te pierdas el embalse de Eugi ni el Mirador del Lagarto, más adelante.
Estás ante uno de los paisajes kársticos más impresionantes de todo el continente. El mirador de Larra-Belagua, ubicado a menos de 20 kilómetros de Isaba, permite observar todo el valle del mismo nombre desde el cuartel de Yeguaceros. Disfruta de la Reserva Integral de Aztaparreta y de la de Larra.
Ha sido protagonista del Tour de Francia en dos ocasiones por méritos propios. El puerto de Larrau, junto al pico Ori, es el más alto de los pirineos navarros y uno de los más complicados para los amantes al ciclismo por su inclinación. Tiene 1.573 metros de altura que te recomendamos recorrer por las vistas. Eso sí, cuidado con la carretera.
No solo ofrece unas vistas increíbles tanto del Pic D'Anie como de Larra-Belagua, sino que además es el escenario de una de las tradiciones más particulares del mundo. Alrededor de la muga se reúnen cada año los vecinos del valle de Baretous y los de Isaba para rememorar el tributo de las tres vacas iniciado en el siglo XIV.
Si es invierno no te puedes perder los más de 25 kilómetros de pistas del Centro de Esquí Nórdico de Abodi (yendo con cadenas hasta el puerto). Durante el resto del año no te puedes perder las vistas de la Selva de Irati desde el mirador de Pikatua. Se llega por la carretera de Larrau hacia Francia.
La Iglesia Colegial de Santa María, la capilla de San Agustín, la fuente de la Virgen, el museo biblioteca, la capilla del Sancti Spiritus o silo de Carlomagno; son muchísimas las cosas que ver en Roncesvalles, se esté haciendo o no el Camino de Santiago. Es un paraíso con siglos de historia y una naturaleza apabullante.
Isaba es una parada obligatoria en el pirineo navarro, y es justo ahí donde podemos iniciar la ruta hacia la cascada de Belabartze. A los pies del valle del mismo nombre, y con el valle del Roncal de guardián, recorrerás unos 9 kilómetros hasta este rinconcito de gran belleza. Y ya de paso te llevarás las vistas de un puente románico del siglo XVI.
En el pirineo navarro se puede practicar todo tipo de deportes; senderismo, escalada, vuelo en parapente, espeleología... Pero si nos tenemos que quedar con solo uno, entonces elegimos el barranquismo. Y en ese caso el cañón de Valcarlos es una opción ideal para toda la familia. Estamos a unos pocos kilómetros de Roncesvalles, cerca de la frontera.
Si te has decidido por Larrau, que sepas que desde ahí puedes acceder hasta la cima del monte Ori ¡y merece mucho la pena! Es el mirador perfecto para disfrutar el Midi d'Ossau e incluso el Moncayo si el clima te lo permite. Estás en la primera montaña con más de 2.000 metros de altura desde el Cantábrico.
Hay muchísimas más cosas que ver en el pirineo navarro, pero con todas estas ya tienes más que de sobra para empezar. Te aconsejamos que elijas un solo valle y te centres en todo lo que puede ofrecer, antes de saltar al siguiente.
¿Por dónde empezar? A lo largo del artículo ya hemos mencionado rincones como Isaba o Roncesvalles, aunque en el pirineo navarro hay otros muchos pueblos preciosos que no te puedes perder; tanto para comer, como para descansar o simplemente visitar.
Aquí te dejamos un listado de los que creemos que son más obligatorios en esta zona. Eso sí, cualquier población que veas encajada en la montaña por esta región ya te decimos que será bonita.
Por la orografía y el tipo de carreteras, la mejor forma de llegar al pirineo navarro siempre va a ser el coche. Este te dará la libertad de disfrutar de la naturaleza y ver los pueblos que quieras sin depender de horarios ni frecuencias. Ahora bien, ¿qué punto tomamos como referencia?
Es complicado, porque nos parece tan interesante el valle del Baztán en el oeste, como Roncesvalles en el norte o los valles de Salazar y de Roncal al este. Por eso te aconsejamos en función de la proximidad de la capital vasca en la que vivas. Y sí, abarcamos mucho más que la zona de Montaña.
La mejor opción es ir hasta Irun por la AP-8 y desde ahí desviarse por la N-121-A hasta la altura de Santesteban. Con esta ruta podrás conocer Lesaka y los pueblos de alrededor, así como todo el valle del Baztán para después decidir si continuar hacia el este.
El objetivo tiene que ser Iruzun, y nos explicamos. Al partir desde el oeste, las posibilidades son mayores porque las vías te obligarán a ir primero hacia el sur (por Vitoria). Y desde Iruzun es posible conectar con la A-15 para ir hasta Pamplona; la mejor base desde la que ir a todos los flancos del pirineo navarro.
A1, A10 y AP-15 para llegar hasta Pamplona en poco más de una hora. Es necesario que llegues hasta la capital para luego desde ahí abarcar todos los sectores del pirineo navarro. Por su situación, Gasteiz es la mejor ciudad desde la que conocer esta zona.
¡Hasta aquí llegamos! El pirineo navarro tiene miles de cosas que ver y probar, pero te animamos a que lo hagas tú mismo con la cuadrilla y una buena mochila. No te olvides de meter en ella tu tarifa Guuk que te guiará por la montaña.