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Parada obligatoria para los franceses que vienen a Euskadi, los vascos que van a Francia y todo extranjero que va a Donostia en avión y aterriza en su aeropuerto. Hondarribia sigue siendo, más de ocho siglos después, la ciudad vasca más vikinga del mundo.
La ciudad, conocida como Fuenterrabía en castellano, posee un patrimonio arquitectónico y artístico envidiable que ha servido de escenario para numerosas películas y libros. Rara es la obra cultural vasca que no cuente entre sus páginas con una mención a este txoko tan mágico.
Por eso en Guuk no podíamos pasar por aquí sin detenernos. ¿Qué hay que ver en Hondarribia? En este artículo intentamos contarte lo básico para que salgas de la ciudad con el mejor sabor de boca; el de un buen txakolí Hirutza.
Que sea vasca y no francesa se lo debemos al río Bidasoa, que baña la ciudad a un lado de la rivera y la separa de Hendaia. ¿Dónde deja esto a Hondarribia? Pues en un solo lugar: a 20 kilómetros al este de San Sebastián, superando el monte Jaizkíbel en el valle de Txingudi.
La metrópoli se encuentra en una posición estratégica militar y comercial muy importante. Al sur la resguarda Irún, y al este la mantiene enfrentada con Hendaia el río Bidasoa. En la actualidad es un destino que recibe a miles de turistas de todas partes del mundo.
Lo consigue por su propio paisaje, pero también porque se encuentra muy próxima a Donostia y porque acoge el aeropuerto de esta ciudad. Dicho eso, la gran mayoría de turistas franceses que llegan a Euskadi en coche pasan por Hondarribia.
La forma más sencilla de llegar a Hondarribia es desde San Sebastián en transporte público o coche, o directamente en avión aterrizando en el aeropuerto ubicado en la propia ciudad. De todas formas, repasamos itinerarios desde las principales capitales de Euskadi para no dejar a nadie fuera.
Como ya hemos dicho, Hondarribia se encuentra a poco más de 20 kilómetros de Donostia en dirección a la frontera francesa. Esto lo pone muy sencillo para hacerse una escapada de día y volver antes de que anochezca.
Aunque parezca mucho más lejana, Vitoria-Gasteiz mantiene una distancia parecida a Hondarribia que Bilbao. Los tiempos también son similares en los distintos medios de transporte.
Lo primero es lo primero. ¿Qué tiene que ver Hondarribia con los vikingos? A los habitantes de la ciudad se les llama así porque entre ellos hay más rubios y pelirrojos que en el resto de Euskadi (o al menos eso dicen en Irún).
La cuestión es que en el siglo IX los vikingos que llegaban a la península desde Escandinavia parece ser que se asentaron en una colonia donde actualmente se emplaza Hendaia. Esta se habría extendido con el tiempo hasta Hondarribia.
Más allá de la anécdota, la visita frecuente de los rubios vikingos es importante para entender por qué en la actualidad Hondarribia es la única ciudad amurallada de todo Gipuzkoa. ¡Ahí es nada! Los ataques de invasores van a ser bien habituales durante muchos siglos.
La población perteneció originalmente al Reino de Navarra, que hasta el siglo XIII la tenía como una salida importante al mar. Es de hecho, las guerras con el Reino de Castilla lo que animan al rey Sancho el Sabio a fundar una serie de villas en la línea de costa: San Sebastián en 1118 y más tarde Hondarribia y Getaria.
Sin embargo, ni la muralla ni el castillo servirían para conservar la autonomía. En 1200 el rey Alfonso VIII de Castilla se anexiona Araba y Gipuzkoa, con Hondarribia incluida en el lote. Este monarca conseguía así unos terrenos muy importantes para conectar con Aquitania.
En 1203 la ciudad consigue nuevo fuero y comienza a prosperar ya con su constitución como villa. La tranquilidad duraría hasta 1453, cuando Francia recupera Aquitania tras la Guerra de los Cien Años y comienza a presionar la zona. Los encuentros serían muy frecuentes.
Allí el Rey Carlos V levantó un castillo hoy convertido en parador. Los navarros se unieron en varias ocasiones con los franceses para asaltar y ocupar la ciudad. Y esto se prolongaría hasta el siglo XVIII, con Guerra de Sucesión y Guerras Carlistas incluidas.
La cuestión es qué no ver en Hondarribia. La ciudad tiene encanto por todas las esquinas; tanto en su parte alta donde se concentran todos los edificios medievales y renacentistas de caracter militar, como en la parte baja con sus casas de colores y sus calles empedradas.
Te recomendamos que comiences dentro de la zona amurallada en lo más elevado del terreno, y luego vayas bajando poco a poco. Ahí ya te vas a topar con el Castillo de Carlos V y con el barrio de La Marina; antigua colonia de pescadores con casas de colores y gran variedad de bares de pintxos.
No pierdas de vista la muralla (muy bien conservada), que atravesarás, o bien por la puerta de Santa María, o bien por la puerta de San Nicolás. Es importante que pasees por la calle Mayor para ver la Casa Consistorial, la Casa de Casadevante, la Casa de Zuloaga o la Casa Iriarte, entre otras.
Aquí van otros tantos puntos interesantes a ver en Hondarribia:
No te vayas de Hondarribia sin acercarte a Jaizkibel y visitar el Santuario de Guadalupe. Te enamorarás de lo que se conoce como "el valle de colores" y de sus increíbles vistas de toda la bahía de Txingudi.
Más bien deberíamos decir "dónde beber". En Hondarribia existe una larga tradición vinícola que hoy sustenta la fama del txakolí vasco. Y es que, aunque ya no se cultiva aquí, de la región proviene la famosa Hondarrabi Zuri, la uva que da forma a todas las denominaciones de origen del vino.
Te recomendamos que hagas una visita a Hirutza, una bodega de gran prestigio que cuenta con visitas guiadas y diferentes experiencias enogastronómicas. Y si lo que te apetecen son pintxos, por la ciudad también tienes los mejores bares para disfrutar de ellos.
Por poder, te puedes acercar a Hondarribia en cualquier momento del año. Si quieres evitar masificaciones, apuesta por la primavera, cuando ya ha mejorado algo la temperatura y sigue sin ser época vacacional. Ahora bien, la ciudad tiene fechas clave por fiestas populares:
No hace falta que digamos mucho más. Hondarribia es una de las ciudades más bonitas de Euskadi y una parada obligatoria para todo aquel que esté por la costa vasca, de visita en San Sebastián, o camino hacia Francia.
En Guuk te podemos acompañar a visitar esta legendaria villa con la mejor conexión. No te pierdas nada de un txoko vikingo que recordarás para siempre.
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