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Navarra, tierra de contrastes y rica cultura, vive la Navidad con un encanto especial. Este tiempo de magia e ilusión se vive de forma diferente en cada tierra, y Navarra tiene sus propias tradiciones antiguas y actuales que le dan una personalidad única.
Desde las montañas del Pirineo hasta las llanuras de la Ribera, cada rincón de esta Comunidad Foral celebra las fiestas navideñas con costumbres arraigadas, algunas ancestrales y otras más modernas, pero todas llenas de magia, tradición y comunidad.
La Navidad en Navarra es más que luces y regalos; es un viaje a través del tiempo y la historia, un momento en que el folklore y la fe se entrelazan en un abrazo cálido.
Las festividades se viven intensamente, mezclando raíces paganas, costumbres cristianas y un profundo respeto por los antepasados. Desde el Olentzero hasta las cabalgatas de Reyes, cada rincón tiene algo único que ofrecer.
Una de las figuras más emblemáticas de la Navidad en Navarra es el Olentzero, un carbonero bonachón que baja de las montañas para traer regalos a los niños el 24 de diciembre.
Este personaje mítico, originario de Lesaka, se ha extendido por toda la región. Según la tradición, el Olentzero simboliza el fin del año y el renacer con el solsticio de invierno.
En muchas localidades, como Pamplona, su llegada se celebra con desfiles multitudinarios en los que familias enteras acompañan su recorrido al son de canciones tradicionales. Los niños cantan coplas mientras el Olentzero reparte sonrisas y buenos deseos.
El fuego es un símbolo purificador en muchas culturas, y en Navarra también tiene un papel especial en la noche de Nochebuena. En localidades como Mendigorria y Urraul Alto, se quema el "Tronco del Niño" o el "Txukil". Este tronco debe arder durante toda la noche para proteger el hogar y atraer buena fortuna.
En Ujué, cuando se cocinaba en los hogariles, la familia se reunía alrededor del fuego. A cada lado del hogar se colocaban troncos recios, que se iban arrimando conforme se consumían. En Nochebuena, era costumbre dejar alguna brasa encendida "para calentar al Niño Jesús".
En algunos pueblos, se daban nombres especiales a estos troncos: "Txubilar" en Romanzado, "Supil" en Urraúl Alto, y "Porrondoko" en Salvatierra, entre otros. Sus cenizas se consideraban protectoras y se usaban para bendecir animales o campos. Algunos colocaban los troncos en el umbral de la casa o los llevaban al establo para evitar enfermedades en el ganado.
La Nochevieja en Navarra es sinónimo de fiesta y tradición. En Pamplona, desde hace décadas, los disfraces invaden la ciudad el 31 de diciembre. Lo que comenzó como una broma de unos jóvenes se ha convertido en una costumbre masiva que llena las calles de color y diversión.
Sin embargo, una tradición menos conocida, pero igualmente especial, es el rito del "Agua Nueva" en Urdiain. Justo al sonar las campanadas, los jóvenes del pueblo recogen agua fresca de la fuente y la llevan al cura, al alcalde y a los vecinos, mientras cantan coplas tradicionales en euskera. Esta ceremonia simboliza la renovación y la bendición del nuevo año.
El 5 de enero, Navarra se llena de ilusión con la llegada de los Reyes Magos. La Cabalgata de Pamplona es una de las más espectaculares, con impresionantes carrozas y representaciones artísticas que fascinan a pequeños y mayores.
En Sangüesa, la Epifanía cobra un significado especial con "El Misterio de Reyes", un auto sacramental que se representa desde hace más de un siglo. Casi 50 vecinos participan en esta obra teatral que revive la historia de los Reyes Magos, desde su encuentro con Herodes hasta la adoración del Niño Jesús.
El Día de Reyes, Navarra revive una tradición centenaria: la Fiesta del Rey de la Faba. Antiguamente, en las cortes navarras se elegía a un niño como "Rey" al encontrar una haba en su trozo de bollo.
Esta costumbre fue recuperada por la asociación cultural Muthiko Alaiak en 1920 y sigue celebrándose cada año en diferentes localidades. El "Rey de la Faba" es coronado con una boina y un cinturón con cencerros, y recibe los símbolos de su autoridad. La fiesta combina diversión, historia y un profundo sentido de comunidad.
La Navidad en Navarra no es solo una época de celebraciones, sino una oportunidad para revivir tradiciones que se transmiten de generación en generación.
Desde el calor del hogar alrededor del tronco de Navidad hasta los desfiles multitudinarios del Olentzero y las cabalgatas de Reyes, cada rincón de la Comunidad Foral brilla con su propia luz.
Si tienes la oportunidad de visitar Navarra durante estas fechas, te espera una experiencia inolvidable. Disfruta de sus costumbres, su gastronomía y su hospitalidad, y vive una Navidad auténtica que combina historia, cultura y la magia de lo inesperado.
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Durante las Navidades de este año la pista de hielo de Pamplona se cambia de lugar al Paseo Sarasate mientras que el mercadillo se queda en la Plaza del Castillo.
Vive el espíritu único de esta fiesta en pleno casco viejo de Pamplona con procesiones, bailes y hasta el encendido de las luces navideñas.
Además de tener una de las mejores gastronomías y paisajes, en Navarra puedes disfrutar de los monasterios más emblemáticos de todo Euskal Herria.
A lo largo del próximo curso escolar del año 2024/2025 los navarros comenzarán el curso en torno al 5 de septiembre, contarán con dos puentes y finalizarán el 18 de junio.
A finales de julio la segunda ciudad más importante de Navarra se engalardona para bailar al son de la Revoltosa, la Dorotea y la Era.
Además del conocido camino francés, Nafarroa cuenta con otros cuatro caminos que puedes hacer para descubrir nuevos paisajes y pueblitos con encanto.
