Cerrar
Pero... ¿no teníamos solo casas-torre? Sí y no. Aunque es el tipo de edificio medieval más común en Euskadi, hay ejemplos como los de Muñatones, Arteaga o Varona que testifican la presencia de castillos. Y claro, en ese sentido tenemos que hablar del castillo de Butrón.
Este particular edificio situado a pocos kilómetros de Bilbao llama mucho la atención por su arquitectura y sus aires de fantasía. ¿Cuál es su historia? ¿Por qué parece sacado de un cuento? En este artículo de Guuk vamos a intentar responder a todas las preguntas.
Prepara tu móvil para hacer fotos, haz la mochila y llama a la kuadrilla. ¡A por el castillo de Butrón!
El castillo de Butrón se encuentra en el municipio de Gatika —en un barrio del mismo nombre del castillo—, a medio camino entre el emblemático San Juan de Gaztelugatxe y la propia Bilbao. Si lo buscas en un mapa, es mejor que lo hagas con el término "Butroi".
El edificio descansa a orillas del río Butrón que recorre la región, y corona la colina de Mendichu, rodeada de un bosque centenario de robles y otras especies. Cerca encontramos poblaciones como Mungia, Laukiz, Plentzia, Urduliz o Maruri-Jatabe.
Su cercanía con la costa y Bilbao facilitan mucho los accesos hasta la zona. De hecho, para llegar hasta el castillo de Butrón vamos a tomar como referencia la capital de Bizkaia por motivos obvios. Lo más sencillo es el coche, aunque también se puede ir en autobús.
Lo que hoy vemos como el castillo de Butrón en realidad no es más que una reforma profunda del siglo XIX. En esa época estaba de moda el romanticismo, y por eso tiene formas de cuento y aires de los castillos alemanes de aquellos años. De ahí que no pegue con nuestra arquitectura típica.
Pero en realidad tenemos que irnos varios siglos atrás para conocer su origen. En el siglo XI la influyente Casa de Butrón —con el Capitán Gaminiz al frente— decidió levantar una una torre en el mismo lugar donde tenían su centro de poder desde el siglo VIII (en época de Juan Pérez de Butrón). ¿Por qué?
Hay que entender que la zona estuvo muy tensionada durante muchos años por la conocida como Guerra de Banderizos. Las hambrunas movían a la nobleza a ocupar el poder feudal para gestionar los territorios, y así se fueron creando dos frentes bien claros: gamboínos y oñacinos.
La familia Butrón estaba con los oñacinos, que eran aliados de los beamonteses y de la Corona de Castilla. Dicho esto, en 1480 el V Señor de Butrón, Gonzalo Gómez de Butrón, decide levantar sobre la torre el castillo de Butrón. Pero la historia no acaba ahí.
La guerra finaliza en el siglo XVI, y ya sin ningún valor militar, el castillo de Butrón queda totalmente abandonado, como otras tantas estructuras defensivas medievales. Y así permanecería durante cientos de años, concretamente hasta el siglo XIX.
En 1879, Narciso de Salabert y Pinedo, Marqués de Torrecilla, decide encargar la reforma del fuerte de los Butrón al famoso arquitecto Francisco de Cubas. Este, con ayuda de Eugene Viollet-le-Duc, solo deja intacta base del edificio y tira lo demás para levantar un castillo de estilo neogótico con influencias bávaras y románticas.
Desde entonces el conjunto no ha dejado de cambiar de manos. Se abandona y en los años 70 lo adquieren los Marqueses de Bolarque. En 1994 Estudios Arriaga lo rehabilitan e intentan convertir en un hotel y centro de ocio, pero fracasan. En 2005 Inbisa se hace con él en un concurso de acreedores.
En 2013 lo intentan vender sin mucho éxito en diferentes ocasiones, hasta que ocho años después un inversor ruso se hace con él. En todo ese tiempo el castillo de Butrón es sede de rodajes, programas de televisión y eventos.
El castillo de Butrón está protegido como Patrimonio Histórico Español. Eso, aunque actualmente sea una propiedad privada. ¿Cuál es el problema? Pues que como no es público, no se puede ver por dentro. Al menos de momento.
Así que nos tenemos que conformar con disfrutarlo por fuera. Es más que suficiente para ver sus cuatro torreones y distinguir las siete plantas sobre las que se levanta. El edificio no está pensado como vivienda y por eso no tiene la distribución típica de cualquier casa.
¿Qué veríamos por dentro? Además de pasarelas que van por fuera para acceder a las estancias, podemos destacar una capilla, un pozo, una biblioteca, una mazmorra y hasta un almacén de víveres. A falta de ello, date una vuelta rodeándolo. ¡No te llevará más de media hora!
Luego puedes descansar en los merenderos cercanos para recuperar fuerzas y visitar el jardín botánico del castillo. En 35.000 metros cuadrados se reparten especies animales y vegetales de gran valor; tanto autóctonas como exóticas traídas de otros sitios.
¿Te animas? Antes de salir de casa coge tu móvil y guíate para llegar hasta ahí. En Guuk te acompañamos a conocer el pasado de Euskadi con la mejor tarifa de datos y voz. Entra en nuestra web y sal a la aventura.
Melchor, Gaspar y Baltasar llegarán a las 11 de la mañana a la Estación de Tren y de ahí partirán hacia su esperada cabalgata por la ciudad para repartir caramelos e ilusión.
Poder pasear por las calles de Donostia o ver el belén monumental de Vitoria-Gasteiz es un plan perfecto para las Navidades.
Llega por fin uno de los momentos más bontios de la navidad donde podemos comprar adornos y disfrutar de la mejor gastronomía.
Podrás conectar con la naturaleza en estado puro mientras ordeñas ovejas, hacer cuajadas y talos disfrutando de la auténtica vida rural vasca.
Las cuevas de Pozalagua son la segunda mayor concentración mundial de estalactitas excéntricas y no te puedes perder su forma de flor tan impresionante.
Antoñana es el sitio ideal para hacer una escapada a la montaña alavesa y disfrutar de su historia, sus lugares de interés y su feria de la primavera.
